Ir a un cajero automático y sacar dinero es un gesto cotidiano que, aunque se está perdiendo, sigue formando parte de nuestro día a día.
Introduces tu tarjeta o libreta, pulsas tu código PIN mientras te tapas con la otra mano (por si hay alguien vigilando) y después eliges la cantidad que quieres sacar.
En realidad ya te estás protegiendo, pero ¿es esa protección suficiente?
Una pregunta recurrente
Un estudio de la Universidad de San Diego (California) ha analizado la posibilidad de robar contraseñas y números PIN utilizando una cámara térmica.
El procedimiento es sencillo: una persona saca dinero del cajero y el delincuente espera detrás. Cuando la persona se marcha, el delincuente solo tiene que apuntar al teclado con una cámara térmica.
Después, los resultados se interpretan y se extrae el código PIN o una combinación del mismo.
Para completar el proceso, lo ideal sería haber instalado previamente un instrumento para clonar tarjetas en el cajero y que puede conseguirse por unos 20 o 30 euros en tiendas online como Amazon.
¿Es un peligro real?
En realidad estamos hablando de un ataque tipo skimming que permitiría robar tus datos bancarios de forma rápida y limpia.
Así que si analizamos su peligrosidad podríamos decir que sí, es peligroso, pero hay amenazas mucho peores.
Para poder capturar correctamente tu PIN con una cámara térmica hay que tener en cuenta factores como el material del teclado, la distancia desde la que se coloca la cámara, el tiempo que ha pasado desde la pulsación de las teclas, etc.
Con teclados de metal es casi imposible descubrir los códigos PIN. Sin embargo, con los teclados de plástico podría adivinarse el código aunque haya pasado más de un minuto desde la pulsación de las teclas.
Además, si la interpretación de la imagen se lleva a cabo por un sistema automatizado, los resultados son sensiblemente más exactos que si es una persona la que revisa la cámara.
Revisión de un teclado de cajero automático con una cámara térmica
Es cierto que las cámaras térmicas tienen ventajas frente a las cámaras tradicionales: podríamos recuperar un PIN aunque la persona haya intentado protegerse tapando el teclado, por ejemplo.
No obstante, sigue siendo un sistema complejo que, en principio, todavía no ha llegado a nuestras calles.
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